ARTICULO
III
EL
SONETO ISABELINO:
SIDNEY, SPENSER Y SHAKESPEARE.
La poesía isabelina
se basa en los acentos.
PRINCIPIOS
DE MÉTRICA.
El ritmo o movimiento del lenguaje,
al formar curvas y ondulaciones de sonido, tiene un efecto sobre la mente muy
distinto del de la pura percepción de los sonidos aislados, así como también
del sentido racional de las palabras para nuestro entendimiento.
En inglés el movimiento más
fácilmente perceptible se da en el acento y es sobre este aspecto donde se
fundamenta el ritmo del verso. Hay diversas opiniones sobre la naturaleza del
acento. Se parte del hecho de que toda unidad silábica puede diferenciarse de
aquellas que le preceden o le siguen de tres maneras:
- en cantidad: corta –
larga.
- en énfasis: fuerte – débil.
- en el tono: alto –
bajo.
Para algunos el acento consiste,
principalmente, en el énfasis, siendo la cantidad y el tono aspectos
secundarios. En cualquier tipo de discurso, ya se trate de prosa o de verso, se
da una infinidad de grados de acento, pero, aun así, resulta posible determinar
si una sílaba va acentuada o no.
Para entender de lleno el ritmo del
verso, debemos acudir a su origen en la mente del poeta. Todo poeta, a la hora
de componer, tiene en mente consciente o inconscientemente una pauta rítmica
más o menos abstracta o regular, que nosotros llamamos la BASE RÍTMICA del
poema. Esta base consiste en una serie de golpes o pulsaciones fuertes o
débiles que, en un principio, son independientes de las palabras.
El poeta rara vez reproduce esta
base de un modo exacto mediante las palabras, sino que más bien se limita a
ordenarlas de tal modo que la base rítmica sea fácilmente percibida por el
oyente de un modo mental y éste pueda deducir la pauta rítmica que sirve de
medida real.
Cualquier desviación por parte del
poeta respecto de la base rítmica será aceptada en la medida en que no llegue a
borrar totalmente dicha base. Son este tipo de desviaciones lo que constituye
el principal medio de expresión rítmica a disposición del poeta.
A las unidades de la base que se van
repitiendo las llamamos PIE, así como también a los grupos silábicos que los
componen. A las desviaciones las llamamos MODULACIONES. Los pies de la base se
agrupan en líneas o versos, y éstos en estrofas. En inglés lo normal es que
cada verso tenga 4 o 5 pies.
Por su parte, la estrofa debe
responder a una división lógica o emocional relacionado con la temática del
poema. La aplicación de estos moldes sobre el lenguaje, constituye el METRO o
el RITMO del poema.
El metro se asocia con la poesía por
una razón fundamental: un movimiento rítmico fundamental de cualquier clase es
el acompañamiento natural de toda emoción fuerte como cuando la desgracia, la
agitación o el placer se expresan mediante movimientos corporales.
El ritmo, a su vez, también puede
estimular las emociones como cuando en sentimiento marcial es provocado por un
sonido de tambores.
El objeto de la poesía es siempre
una idea, una experiencia o una historia arropada de emoción, y esta naturaleza
emocional haya su mejor cauce de transmisión a través de la métrica, del ritmo
del verso.
Es fácil darse cuenta, por tanto,
hasta qué punto la modulación es importante de cara a que el poema resulte
emocionalmente convincente. Cuando una modulación alcanza verdadera
significación dentro del poema, el efecto logrado supera con creces a aquel que
se hubiera conseguido con la mera repetición de la base rítmica y, de aquí, que
el metro sea el más delicado instrumento en manos del poeta para expresar las
emociones. A menudo se hace necesaria una cierta experiencia en la audición de
la poesía para calibrar y disfrutar en su justa medida estos elementos.
En términos generales se reconocen 4
tipos de pies básicos, cada uno de los cuales contiene solamente una sílaba fuerte
o marcada:
- Dos pies que siguen una línea
ascendente, es decir, de una sílaba débil a una fuerte: yámbico y anapesto.
- Dos pies que siguen una línea
descendente, es decir, de una sílaba fuerte a una débil: tróqueo y dáctilo.
El pie trocaico y el yámbico
constituyen sin duda las dos bases rítmicas más antiguas, siendo el segundo el
más flexible.
Ejemplo: WithX how/ sadX stops/, oX moon/ thouX
climbst/ theX skies/. (Pie
yámbico)
HISTORIA
DE LA MÉTRICA INGLESA.
El actual sistema de versificación en
lengua inglesa vino a reemplazar a otro sistema más antiguo (aliterativo) en el
que la métrica, tal y como hoy la entendemos, no existía.
Este sistema daba a cada verso una
estructura mediante la presencia de cuatro palabras importantes, siendo las tres
primeras de ellas aliterativas.
El nuevo sistema fue importado de
Francia, cuya lengua se presta menos que el inglés a las alteraciones de ritmo.
El verso francés se componía de un número regular de sílabas. La imitación
inglesa del verso francés, debido a la importancia del verso en inglés, pronto
se transformó no en un verso de número regular de sílabas, sino en un verso de
número regular de pies métricos. Así que las modulaciones bisilábicas fueran
adaptadas desde el principio.
La definición común del “blanc
verse” es la de una línea o verso compuesta de 10 sílabas y de 5 acentos. Desde
un principio, sin embargo, solía añadirse al final del verso una sílaba extra
que era no acentuada por lo general, convirtiendo el último pie en un
anfíbraco. El pie final anfíbraco se ha mantenido como costumbre a lo largo de
toda la historia del verso yámbico, excepto en la época neoclásica.
En la poesía isabelina, las
terminaciones –eth, -est, el pronombre the y las vocales de los pronombres
pueden tener pérdida de valor silábico.
En cuanto a la desinencia de la
tercera persona del singular en el indicativo (-eth) es la normal a comienzo
del SXVI, pero no hacia la mitad de ese mismo siglo, se irá imponiendo la
terminación del norte (-es). Durante el SXVI, la elección de una u otra en
poesía parece depender de las exigencias rítmicas. La terminación en –eth
origina siempre una sílaba más y también se conservará en los textos bíblicos y
litúrgicos.
Ahora bien, en el teatro de
Shakespeare la desinencia –eth aparece ya raramente y casi siempre en escenas
cómicas o en boca de personajes y campesinos sin cultura.
Para analizar métricamente un verso,
marcamos cada sílaba según se pronuncia y luego intentamos dividirlo en pies de
tal forma que se vea con exactitud qué grupo de sílabas representa cada pie de
la base. Nunca se debe distorsionar el ritmo real del discurso.
Rima:
Los versos pueden rimar en pareados
o de forma alterna, aunque también aparece la rima en algunos versos de corte
irregular. Dos versos riman cuando su última sílaba acentuada tiene el mismo
sonido vocálico y los sonidos que le suceden, sean vocálicos o consonánticos,
son idénticos.
Hay varias clases de rima:
- Rima
simple: hill – mill (X)
-
Rima doble: morrow – sorrow (/X)
-
Rima triple: airily – wirily (/XX)
- Rima vocálica
imperfecta: home – come.
- Rima asonante: dog –
rog.
Soneto:
El introductor del soneto en inglés
es Sir Thomas Wyatt,
cortesano y diplomático al servicio de Enrique VII.
Entre sus diferentes destinos, merece
destacarse el de embajador en España en la corte de Carlos V. Pero también
viajó a Francia e Italia. En este último país se interesó por los sonetistas,
como demuestran sus traducciones de Petrarca. Se dejó influir por los sonetos
petrarquistas consistentes en 14 versos endecasílabos de los que los primeros
ocho, llamados octava, rimaban siempre con dos sonidos y se repartían en dos
cuartetos. Los 6 versos restantes configurarán el sexteto en el que introducían
dos o, a veces, tres nuevas rimas dando lugar a dos tercetos simétricos.
SONETO PETRAQUISTA: abba abba
ccd ccd
SONETO INGLÉS: abba abba
cddc ee
En el intento de ajustar el modelo
italiano al inglés, se mostró fiel a Petrarca en el uso de la octava, pero no
del sexteto. Ya fuera causa de un instinto natural respecto de las
posibilidades rítmicas del inglés de cara al soneto, o porque se dejara influir
por otros autores, lo cierto es que optará por una nueva fórmula para el
sexteto que, finalmente, colmará sus exigencias y que quedará como una de las
fórmulas usuales del soneto inglés.
De este modo el sexteto petrarquista
se convierte en un primer cuarteto de rima diferente a los dos anteriores,
seguido de un pareado también de rima distinta. En cuanto al ritmo, se da el verso
yámbico de cinco pies.
Uno de sus rasgos típicos será la
imperfección en la rima y la irregularidad en la forma de terminar el verso,
siendo este un defecto que heredarán el resto de los sonetistas ingleses, no
tanto por falta de maestría, sino por los obstáculos que presenta su lengua al
adaptarse a un molde o estructura de versificación originario de otra lengua.
Sus canciones y sonetos fueron
editados en la Tottel’s Miscelleny (1557) junto con los de su amigo Henry Haward, Earl of Surrey,
que también era sonetista. Henry se benefició de él al tiempo que aportó su
propia experiencia en el “blanc verse” de cinco pies, de modo que sus sonetos
presentan una mayor firmeza en la estructura métrica, aunque también puede
decirse que muestra irregularidades a la hora de concluir el verso. Pero el
gran logro de Henry es que inventó un esquema rítmico mucho más adecuado a la
lengua inglesa que el de Wyatt: abba
cddc effe gg
Partiendo no solo de Petrarca, sino
del mismo Dante, introdujo una nueva pareja de rimas en el segundo cuarteto de
la octava, dado que el sexteto consistía de manera invariable en otro cuarteto
de rima alterna y de un pareado. La totalidad del poema queda así dividida en
un modo más natural ahorrando a los poetas muchos obstáculos en la composición.
Este nuevo esquema cobró en seguida
gran popularidad y alcanzó su punto culminante con Shakespeare, lo que también
se le conoce como el soneto shakespeariano.
SIR
PHILIP SIDNEY.
Es el paso siguiente en la poesía
inglesa. Nos adentramos ya en la Época Isabelina propiamente dicha. En su Defense
of poetry, gran obra crítica, demuestra una fuerte inclinación a considerar
la poesía desde una perspectiva claramente precursora del Romanticismo. Sidney
se adelanta a Shelley y al resto de los románticos en su valoración de los
aspectos más genuinos e imaginativos del poema y de las reglas propias del
puritanismo de su época y, por tanto, de una concepción neoclásica de la poesía
que su hermana Mary y otros entendidos pertenecientes al círculo de Wilton
House defendían a ultranza.
Parece ser que fue este ambiente
lleno de pragmatismo y rígida ortodoxia lo que le movió a escribir su crítica.
En ella no dudará en entronizar a la imaginación muy por encima del mundo de lo
fáctico, alegando, además, que la influencia del poeta supera en sutileza a la
del historiador, el filósofo y el matemático por el hecho de que su creación
resulta mucho más verdadera en el sentido de que no se limita a realizar un
simple análisis de la naturaleza, sino que, además, consigue trascender.
Esta aseveración le convierte no
sólo en un precursor de los románticos, sino también en el anticipo más claro y
cercano de la propia lírica isabelina. Su obra poética resulta colosal, no sólo
por su cantidad, también por su variedad. Abarca 150 sonetos así como multitud
de canciones adaptadas musicalmente y numerosos verso diferentes.
La secuencia de 108 sonetos y once
canciones que componen su obra Astrophil & Stelle, abarca un tercio
de su obra poética y las inserciones líricas en The Arcadia. otro
tercio.
Todo parece indicar que fue debido a
la primera, por lo que los isabelinos más lo valoraron y es por esta obra por
lo que la posteridad lo recuerda.
Todo demuestra que el periodo en el
que se compuso es aquel que media entre la boda de Penélope Deveraux con Lord
Rich y la del propio Sidney con su mujer dos años después. Pese a la excelencia
que los poemas muestran respecto de su estructura formal, en ningún caso deben
valorarse como meros ejercicios de virtuosismo poético. La veracidad
autobiográfica que emana de todos ellos es más que evidente y no reconocer este
factor sería un grave error por parte del crítico..
A través de estos poemas, el poeta
da cuenta de un amor de juventud frustrado, el que sintiera por una muchacha
con quien el poeta, por mediación de su familia, a punto estuvo de pactar un
matrimonio de conveniencia cuando ésta era una niña, matrimonio que, sin
embargo, jamás se realizó. Pese a todo, mantuvo relaciones con Penélope gracias
a los lazos existentes entre ambas familias.
Así pues, sus aspiraciones
matrimoniales nunca se completaron y parece ser que fue a raíz de su compromiso
con otra dama cuando abordó la composición de los poemas como expresión de su
dolor. Sin duda, esta serie constituye una de las muestras más importantes de
la lírica inglesa. En Astrophil & Stelle, el tono predominante es el
amor, es la historia de una pasión amorosa insatisfecha sin por ello caer en
los formalismos clasicistas de buena parte del verso isabelino en la rigidez de
las maneras poéticas de “Wilton House” y con ella, acierto añadido de presentar
una buena dosis de realismo.
Los ciclos a partir de los cuales
evolucionan los sonetos ofrecen una trama bastante flexiva que va abarcando las
diferentes etapas de la relación amorosa, comenzando con una descripción de la
atracción inicial que el amante siente por la hermosura de la dama, y seguido
por toda una serie de pruebas , conflictos, arrebatos y decepciones que al
final quedan sin resolverse.
Mediante el uso de CONCEITS[1], el
poeta acomete la tarea de dar expresión poética a las contrariedades propias
del amor y a los sentimientos de que suelen ir acompañadas: esperanza,
desesperación, ternura, amargura, júbilo, sumisión, etc. Muchos de estos
“conceits” se habían hecho ya tradicionales en la lírica inglesa e, incluso,
llegaron a parecer rancios. Si bien, Sidney declaró con insistencia que en
ningún caso él hacía uso en su obra de estos convencionalismos y que su poesía
era original y procedía del corazóm. Lo cierto es que incluso, esta misma
aseveración resultaba convencional.
La queja del poeta respecto a que su
amor tan pronto hacía arder como le helaba la sangre, o de que sus propios
suspiros eran como el viento que empujaba su nave hacia un mar impetuoso, constituían
metáforas en exceso y portaban ecos de poetas anteriores.
Pese a todo, lo que confiere a sus
sonetos, su extraordinario vigor y su frescura es la habilidad con que el autor
logra dramatizar el estado de ánimo de Astrophil, sirviéndose del diálogo, de
la expresión coloquial e, incluso, a veces profundizando en el autoexamen.
EDMUND
SPENSER.
Es el poeta cumbre de la literatura
del SXVI y el más importante de la etapa de transición que irá de 1558 a 1625,
si exceptuamos a Shakespeare.
Junto a Chaucer y Shakespeare forman
el conjunto de poetas cuya influencia sigue siendo decisiva en la formación de
todo escritor en lengua inglesa. Sin embargo, Spencer es un poeta cuya obra
jamás ha sido traducida en su totalidad a otra lengua y lo ha sido muy escasamente
de manera parcial.
Su obra puede encuadrarse dentro de
la etapa del Manierismo francés al Barroco. Amoretti & Epithalamion
junto con el Astrophil & Stelle de Sidney y los sonetos de
Shakespeare constituyeron lo mejor de la época.
No poseemos datos claros y fiables
sobre su vida. Gozó de cargos oficiales, vida política, amistad y
correspondencia con personajes de la corte y de otros sectores. Viendo su
biografía podemos suponer, por el soneto 60 de los ‘Amoretti’, que debió nacer
hacia 1552. Por otros versos de ‘Protalamia’, se deduce que nació en Londres,
pero sus padres y antepasados procedían de otras regiones del país,
establecidos allí desde la conquista normanda.
Es hijo de John Spenser, un
caballero miembro de una rama colateral de la nobleza[2].
Cuando en 1534 mediante el Acta de
Supremacía, el Rey se convierte en cabeza de la Iglesia de UK, se inaugura una
época turbulenta que se prolongará durante los reinados de Eduardo VI y luego
de María Tudor hasta llegar a la Reina Isabel. Esta fue la primera reina de la
historia moderna, que será dueña de los cuerpos y almas de sus súbditos. Ya no
es sólo vida y hacienda, sino el más allá lo que pertenece al Rey.
En Spenser podemos ver que el cambio
es un pilar esencial de su obra, de modo que su reverencia por la tradición
medieval, en la que se incluye el proceso del Catolicismo anterior a la
Reforma, se combina con la nueva ética del Protestantismo cuyos valores se han
transmitido en todos los campos. Podemos también utilizarla como ejemplo del
movimiento literario del reinado de Isabel al reflejarse en sus obras el
carácter de los conflictos espirituales en que se movía la corte inglesa.
Poseía una inteligencia clara y era
versado en Filosofía y Literatura clásica y, aunque su imaginación se hallaba
poblada de ideas medievales, su espíritu estaba más acorde con el de la nueva
era. De todos modos, él es una paradoja y el sistema de alegorías, que
constituye el eje de sus poemas, se sitúa también dentro de un clasicismo
barroco.
Fue educado en Cambridge. En 1569
entra como colegial del “Pembroke College” y allí recibirá diversas
influencias, pero podemos señalar tres fundamentales que le llevó a modificar
sus convicciones intelectuales:
- Su amistad con Gabriel
Harvey.
- El movimiento protestante.
- La filosofía del
neoplatonismo.
Harvey fue un hombre de mucha
influencia en su tiempo. En el caso de Spenser, el patronazgo espiritual que
sobre él ejerció, se remonta a 1570. Desde entonces y según el tono de su
abundante correspondencia, ejerció el papel de guía.
En Cambridge el sentimiento
religioso suscitaba amplias controversias. Por un lado estaban los partidarios
de la disciplina estricta y por otro los reformistas. Años después la lucha
religiosa se combinaría con la política, cuando Spenser entró a formar parte de
la facción del partido puritano encabezado por Sidney y por el Conde de
Leicester.
La influencia más importante que
sobre Spenser ejerció Cambridge fue la FILOSOFÍA PLATÓNICA. El resurgimiento
del pensamiento inspirado en el Platonismo es uno de los indicios más claros
del cambio que el Renacimiento introdujo en la cultura occidental. La antigua
lógica de la Escolástica, fundamentada en Aristóteles se veía al fin desplazada
por el Platonismo, gracias a la difusión de obras como El banquete y La
república. Tanto en lo que atañe al amor como al gobierno fueron los textos
fundamentales en los que todos los espíritus del SXVI se hundieron.
Los humanistas italianos hicieron
reunificarse las doctrinas clásicas con su propio esfuerzo. Autores como Pico
delle Mirandola o León Hebreo son ejes fundamentales para comprender la
difusión e importancia que el Platonismo tendrá en el SXVI.
En Spenser el Platonismo es una
semilla que fructificará en sus poemas más tempranos. Él experimentó con la
filosofía y la política al darse cuenta de que el poder fundamental de esta
última se asienta en la aparición de metáforas e imágenes de todo tipo.
En 1576 abandonó Cambridge y se
encaminó a Lancashire, en donde parece surgir su primer amor, una dama oculta
bajo en nombre de Rosalinda y que aparece en varias églogas en The
Shepheardes Calender (1579). En 1578 está en Londres como secretario del
obispo de Rochester, comenzando así su carrera política. Harvey le presenta a
Sidney y al Conde de Leicester, que encabezan el partido puritano en la corte y
sirven de contrapunto a la política oficial del gobierno.
Hacia
1580, Leicester goza del favor de la soberana capitaneando un partido que
Sidney lidera ideológicamente. La influencia de Sidney es comparable a la que
John Lily ejerce en la literatura.
Obra:
The Shepheardes Calender
(1579) está dedicado a Sidney. Es una obra extensa, 2230 versos, y muy variada
que se ajusta al modelo manierista del Renacimiento con gran profusión de
alegorías y con pastores que no hablan ni se comportan como tales, y bajo los
que suelen ocultarse personajes de importancia. De aquí el significado político
del poema. La única relación existente entre las églogas es el calendario
alegórico en el que se tratan los temas según las características astronómicas,
astrológicas y meteorológicas de los meses sucesivos, así, por ejemplo, la idea
del amor aparece en enero, marzo, junio y diciembre, mientras que septiembre se
dedica a la religión y a la ética, y abril a la Reina.
El modelo son Las bucólicas
de Virgilio, con lo que la obra se inscribe dentro del sentimiento lírico
propio del espíritu renacentista en su aprovechamiento de su modelo clásico.
Parece seguir una línea poética a
medio caminar entre el Renacimiento tardío y el alba del Barroco, por lo que
puede ser considerado como un precursor de la nueva poesía. Tras el
reconocimiento y general aclamación de la obra, pasó a ser considerado como el
mayor de los poetas jóvenes, sin embargo, su éxito literario contrasta con sus
logros en la carrera política. Su puesto de secretario al servicio de Leicester
le acarreará problemas.
En 1579 las intrigas de la Corte se
centran en el posible matrimonio de la Reina con el Duque de Alençon
(católico), enlace que se suponía inspirado por W. Cecil y al que se oponen
Leicester y los suyos. Por esta razón, Sidney ganará el destierro y Spenser,
tras escribir una sátira política atacando a Cecil y a sus partidarios Mother
Hubbards Tale (1591), se retirará por consejo de Leicester a un discreto
puesto en Irlanda como secretario de Lord Grey en 1580.
Lord Grey era un importante miembro
del Parlamento puritano, además de pariente de Leicester y su gobierno en
Irlanda se caracterizó por una dureza más allá de lo acostumbrado[3]. A
los ojos de Spenser, sin embargo,
aparecerá como un superior que ha actuado de forma correcta por lo que
no dudará en convertirlo en el Sir Artegall del libro quinto de The Fraire
Queen, es decir, en el caballero elegido para representar a la justicia.
Grey será llamado a Londres en 1582 para rendir cuenta de sus actuaciones y
Spenser permanecerá en Dublín en donde aún se hallaba en 1586. Este retiro en
la isla le brindará la oportunidad de trabajar activamente en su poesía.
The Fraire Queen constituye
su obra más famosa. Escribió los tres primeros libros durante los años que pasó
en Irlanda. El poema emplea el método alegórico siguiendo el mismo tipo de
enunciados propuestos en el The Shepheardes Calender, pero con
diferentes resultados. En 1590 aparecen los tres primeros libros impresos.
Es una de las obras más importantes
de la literatura inglesa. En ella se cristaliza la poesía tradicional en temas
y formas y llegará a influir en poetas como Milton y los románticos.
Consta de seis libros completos y
una parte del séptimo sobre un total de doce que él había planeado según cuenta
él mismo en el prólogo, siguiendo una representación de las doce virtudes.
Tiene como notable característica la creación de otra estrofa (“estrofa
spenseriana”) que consta de 9 versos (ABABBCBCC). En total la obra consta de
34137 versos repetidos en 3793 estrofas.
La ambigüedad y la confusión son
parte de la alegoría spenseriana, lo que merma los ánimos del lector. Intenta
exponer poéticamente la instrucción moral del caballero, del cortesano,
mediante ejemplos que están más acordes con retórica medieval que con un
manierista. Por esta razón esta obra, aún siendo un producto del SXVI, se
vuelve a lo artúrico debido a este componente alegórico.
Hay además una gran mezcla de imágenes
paganas cristianizadas que se combinan con lo particular de la tradición
inglesa. Así, Arturo y los elfos aparecen junto a ninfas y dioses, apóstoles,
santos, las virtudes teologales, etc. Esto hace que la lectura sea muy
compleja. Esta obra está concebida como un retablo, cada tabla nos expone una
escena con lo que cada episodio alcanza valor autónomo como conjunto de signos,
aunque también hay una panorámica general que nos lleva a contemplar la
totalidad de los episodios como un mensaje único.
El ideal caballeresco que describe
procede del SXV, pero a lo largo del poema se transforma. Después de ser la
santidad la mayor virtud en el libro 1, al llegar al libro 6, lo más importante
son las costumbres cortesanas, lo que supone una transformación de lo espiritual
a lo mundano.
El argumento aparece resumido
básicamente por Spenser en una carta introductoria que aparece impresa previa
al poema y que dice más o menos: “ El
principio de mi historia, si fuera contado por un historiador, debería ser por
el duodécimo libro, que es el último donde muestro cómo la Reina de las hadas
celebró su fiesta anual de doce días en cuyos doce días consecutivos ocurrieron
las doce aventuras consecutivas que, habiendo sido comprendidas por los doce
caballeros correspondientes, en estos doce libros se tratan y narran en
consecuencia”
La idea general no
llegó a organizarse y, por eso, sólo tenemos seis libros. El libro 1 comienza
relatando las aventuras del Caballero de la Cruz Roja que, de modo alegórico,
expresa la santidad. El libro 2 habla sobre la templanza. El libro 3 habla
sobre la castidad. El libro 4 habla sobre la amistad. El libro 5 habla sobre el
justo gobierno y el libro 6 habla sobre la cortesía. Éste es el que más
interesa desde el punto de vista moderno por ser, además, un reflejo fiel de la
sociedad y costumbres de la corte de Isabel de Tudor. Los fragmentos
conservados del libro 7, que debería estar dedicado a la constancia incluyen
los “untability” cantos.
Amoretti & Epithalamion
(1595). Los “Amoretti” son el reflejo literario del cortijo de Elisabeth Boyle
y de la consumación de ese amor en matrimonio formal. Al menos esa parece la
idea con la que Spenser reunió esta colección de 89 sonetos y 4 canciones en
1594 para publicarlos junto al Epitalamio en 1595.
Aunque algunos sonetos pueden ser
anteriores a esta circunstancia, puede saberse que la mayoría fueron escritos
entre 1591-94, como sin duda fue también escrito el epitalamio[4]. Los
sonetos son uno de sus grandes logros en lírica amorosa. Es evidente que debido
a su vocación de poeta se sintió obligado a cultivar el soneto dado, que era la
mejor forma de la poética renacentista y del periodo de transición al Barroco.
Por otro lado, logró alejarse del
Petrarquismo dominante en el que los sufrimientos del enamorado siempre exceden
a los placeres que recibe. En la Inglaterra de los Tudor, el soneto era el rey
de la poesía. Los sonetos del periodo isabelino heredaron la idea del amor
cortés petrarquista parcialmente, pero lo que sí heredaron por completo es el
sistema de figuras retóricas que le son inseparables, los llamados TOPOI, que
repiten la elaboración de un tema según una nueva experiencia o expresión: el
asedio de la fortaleza del amor, el amor como guerra con batallas y treguas, el
enamorado como un navío en el mar.
Aportó una idea unificadora del
amor, por lo que pueden establecer tres elementos claves para seguir
correctamente este espíritu: CONCEPTISMO, OSCURIDAD, ALEGORÍA.
El manierismo
retórico en los “Amoretti”:
Como ya se dijo. el soneto inglés
procede de Italia, pero como a Inglaterra todo lo europeo le llega de Francia,
en el caso de Spenser, son autores como Morat, sus preferidos y a los que cita
expresamente. Y atendiendo a las tres claves propuestas, la de conceptismo y
alegoría tienen en Spenser multitud de manifestaciones. Quizá, la más abundante
sea la extensión de una metáfora inicial que se remonta hasta un clímax con el
que se cierra la idea.
También está el caso de aplicar
un mito clásico a la comparación del estado de ánimo del enamorado[5] o se
establece una comparación entre el cuerpo de la amada y un jardín de dulces
flores, mediatizada a través del olfato, peor utilizando una serie convencional
de flores (lirios, fresas, rosas, etc), que son para el lector isabelino
símbolos cargados de connotaciones que escapan al lector moderno.
Existe, pues, una desconexión
parcial del código que debe ser suplida por nuevos valores o por la
recuperación de su afectividad mediante la adopción de un espíritu de época, es
decir, de convertirse en un lector isabelino. Con sus sonetos, estamos
plenamente en un ciclo amoroso. La manera tranquila, armoniosa, casi devota con
la que construye sus versos puede que sea incompatible con un tipo de belleza
exaltada y apasionante, pero es, sin duda, lo que da origen a ese efecto por el
que los Amoretti se asemejan a los sonetos de Petrarca, aunque quedan
exceptuados de la vena melancólica del italiano.
Trata las penas de amor, pero de
un amor que va a ser recompensado con la abundancia. Por ello, la sucesión
natural de estos sonetos es el Epitalamio. Desde una perspectiva de técnica
poética, los Amoretti son en realidad muestras de géneros contrapuestos, pues
unos miran al amor en la desgracio y otros hacia el triunfo. El resultado es un
amor híbrido, espléndido y único.
El estilo es también fácil frente
al de los poemas mayores en extensión, lo que les convierte en poemas claros y
melodiosos, aunque tanto en el vocabulario como en la sintaxis no tengan mucho
que envidiar a los demás que todavía están bastante alejados de los de
Shakespeare.
En cuanto a la prosodia, de los
89 versos que lo componen, sólo uno está escrito según la forma de Surrey. En
su lugar, Spenser usa tres cuartetos habitualmente entrelazados con un pareado
final (ABABBCBCCDCDEE).
Esta fórmula posee la mezcla
petrarquista del pareado de rima separada con el aliciente añadido del
entrelazado de los cuartetos lo que aporta cierta continuidad y fluidez
musical. Pero esta fórmula no se hizo popular. Los isabelinos tomaron una
fórmula más sencilla de modo que su estilo no perduró.
WILLIAM
SHAKESPEARE.
Parece seguro que la publicación en
1609 de sus sonetos se realizó sin su aprobación y puede que sin su
conocimiento. En 1598 se informaba de que los sonetos circulaban entre los amigos
privados del poeta y no parece que su intención de darlos a conocer fuera más
lejos.
De todas las colecciones de
sonetos, la de Shakespeare es la más atípica ya que, en cuanto a su contenido,
su objetivo no es el de ensalzar el amor ideal de una dama, a su vez
idealizada, sino el describir el amor que profesa un hombre que ya se siente
viejo para el amor a un joven díscolo y atractivo. Incluso los 25 sonetos
dirigidos a la “Dama alegre” expresan en igual medida fascinación y repulsión.
La experiencia de Shakespeare,
muestra del amor y la amistad, es turbia y, a menudo, descorazonadora. En los
sonetos abundan las reflexiones y meditaciones sombrías en torno a temas como
la separación de los amantes, el fracaso y la muerte.
El poeta se lamenta repetidamente
de su aislamiento social, de las ansiedades motivadas por la ruptura de la
pareja, de lo que el tiempo le da y le quita, de la incertidumbre ante la
muerte e, incluso, de la decadencia ante todo lo mundano.
Pese a todo, la conclusión es
triunfante y se proclama la trascendencia del amor ya que es el amor lo único
capaz de hacer frente a los constantes embates del tiempo y de la vida,
conservándose eterno e indestructible entre los reinos del mundo.
Hay muchas curiosidades que
rodean a los sonetos y que han contribuido, más aún que su misterio intrínseco,
a hacer de ellos la obra literaria inglesa que más larga controversia ha
suscitado.
Primeramente, las fechas mismas
de la composición, aunque si identificamos el personaje con el poeta, sean
siempre los más probables los 4 o 5 últimos años del SXVI, cuando ya pasaba la
treintena y podía sentirse viejo para el amor frente a su amado como en el
soneto 63 o frente a su dama como en el 138.
En segundo lugar está el cómo se
produjo la publicación por Thomas Thorpe en 1609, si fue el poeta mismo el que
proporcionó el original o si fue éste robado, apartado por el propio amado o,
más bien, por la dama, dando lugar a una edición pirata, con lo cual se mezcla
también el problema de las iniciales W. H. de la dedicatoria del editor y el
significado del término “begetter”, así como también influye el problema de la
cuestión intrínseca de la ordenación de los sonetos y, en última instancia, el
de la identidad histórica de los personajes empezando por el propio Shakespeare.
Así, por ejemplo, la del “Lord of
my love” (Soneto 26) de la primera y más larga serie de sonetos que iría del
1-126 y que parece ser inevitablemente el mismo portador de las iniciales W.H.;
y por otro lado, está la identidad de la dama morena o, incluso, negra de la
que en el soneto 128 se dice que es infiel y musical y que impera en los
sonetos del 127-152 ya que los dos últimos añadidos a la colección es posible
que no tengan que ver con ella.
Otro problema es la identidad del
poeta rival del que se dice que añadía con su poesía pinturas a la amada y la
comparaba con todas las hermosuras del cielo. Estas cuestiones no tienen
respuestas comúnmente aceptadas.
A. L. Rowse, el primero que
aborda este problema, se inclina a creer que el amigo es Henry Wriothesley
(Earl of Southempton). Dover Wilson se inclina por William Herbert (Earl of
Pembroke).
Biografía:
Nació en el sexto año del reinado
de Isabel en Stratford-on-Avon, región rural y rica en leyendas relacionadas
con la Guerra de las dos rosas.
No sabemos el día exacto de su
nacimiento, pero según una vieja tradición fue el 23 de Abril, día de San
Jorge. Éste también fue el día de su muerte.
Stratford-on-Avon era una ciudad
floreciente por su comercio situada sobre una antigua ruta romana y con un
fuerte componente de población procedente de Gales. Entre los pobladores
interesa citar a los peones agrícolas, los alguaciles, los maestros, los
párrocos, los comerciantes y la nobleza rural, por ser tipos sociales que mejor
supo relatar Shakespeare en sus obras.
Sus padres procedían de la
región. Su madre parece tener antecedentes nobiliarios. Su padre era fabricante
de guantes y gozó de cargos oficiales en el municipio, aunque se sabe que tuvo
problemas con varios pleitos en las Cortes de justicia, además de con su propio
temperamento en exceso sanguíneo.
Shakespeare estudió en la
“Grammar School” de la ciudad, en aquellos tiempos célebre por albergar a
distinguidos maestros. En cuanto a la Universidad, hay indicios de que
asistiera por algún tiempo a Oxford, aunque no es seguro. Lo que parece cierto
es que su apresurado matrimonio con Anne Hetheway, a los 18 años, y el
nacimiento de tres hijos en los tres años siguientes, pusieron punto final a
toda posibilidad de unos estudios regulares.
No se sabe nada de su vida en los
siguientes 12 años. Solamente una tradición procedente del SXVII sugiere que
durante su juventud ejerció como maestro de escuela. Muchos creen esto posible
por el tono pedagógico que a veces muestra. Lo que parece evidente es que
después viajó a Londres llevado por el afán de desarrollar su talento y
satisfacer su vocación para la escena.
Hacia 1592 hay noticias de que ha
alcanzado cierta celebridad como actor y dramaturgo y de que gozaba de la
protección de personas de elevado rango gracias a su ingenio y cultura, dos
rasgos especialmente apreciados en la corte de Isabel.
En 1594 establece amistad con el
Conde de Southampton al que dedicará poemas, además de buena parte de sus
sonetos. Sus aspiraciones literarias pudieron verse entorpecidas por su
constante actividad teatral. Hasta 1603 aparece como uno de los principales
actores de la compañía del “Chamberlain’s men” y formó parte de los 7 asociados
que constituyeron el teatro del “Globe” en 1599.
Cuando Jacobo I decide tomar esa
compañía bajo su pertenazgo en 1603, el prestigio de Shakespeare se verá
aumentado y alcanzará a tener un modesto lugar en la corte. Pese a todo, sus
lazos con Stratford nunca se rompieron, de hecho invirtió allí parte de su
fortuna en propiedades. En 1577 compró “New plays”, una de las mejores
mansiones de la ciudad, y que hacia 1610 sería la residencia definitiva de él y
su familia.
Volviendo a los sonetos, podemos
decir que suponen su contribución a una forma muy popular de poesía en aquellos
momentos. Si bien se desvía bastante de lo que hasta entonces había sido norma
entre quienes lo cultivaban. El corpus de los sonetos nos sugiere una historia,
incluso un argumento, aunque los detalles no están claros y se desconoce
incluso que la edición de 1609 responde al orden correcto de los mismos.
El trasfondo biográfico de los
sonetos sigue siendo objeto de una larga controversia aún por solucionar y, en
cualquier caso , lo importante son los propios sonetos. Merece mención su
estrategia retórica. Así, algunos parten de una reminiscencia, otros son
imperativos, otros parten de una aseveración casi proverbial y luego se
desarrollan.
En cuanto a las imágenes
utilizadas, su procedencia es de lo más variado: jardinería, leyes,
agricultura, comercio, pintura, astrología. asuntos domésticos, etc.
Por otro lado, el estado de ánimo
reflejado no suele limitarse al modelo de la época, es decir, al petrarquista
del enamorado sumido en honda desesperación, sino que incluye también variantes
como alegría, orgullo, melancolía, vergüenza, miedo y disgusto. Por ello no
parece haber duda de que el autor de los sonetos es el mismo que el de las
obras teatrales. Además, éstas contienen algunas de las mejores canciones que
jamás se hayan escrito.
Todas estas obras ilustran
diferentes aspectos del genio lírico de Shakespeare. Su disposición para el
buen humor, su exquisita capacidad para captar los matices visuales y acústicas
de la vida inglesa, en especial de la vida rural.
A su muerte en 1616, no había
publicado ninguna edición recopilatoria de sus obras teatrales. Algunas habían
sido impresas separadamente en cuartos sin supervisión alguna, procedentes
quizá de los textos de los apuntadores y, a veces, incluso pirateados por algún
espectador o actor que los conocía de memoria.
En 1623 dos miembros de la
compañía de Shakespeare publicaron una gran colección de todas las obras que
ellos consideraban auténticas: The first folio. Este folio contiene una
epístola dedicada a la gran variedad de lectores que gustaban de su obra. Otro
documento preliminar es también un poema escrito por Ben Jonson. En él se
asevera que Shakespeare no sólo está por encima del resto de dramaturgos
ingleses, sino también por encima de griegos y latinos. Jonson formula por vez
primera una opinión que no tardará en hacerse universal.
[1] =
Dicho ingenioso, concepto.
[2]
Recordemos que la sociedad inglesa de la segunda mitad dl SXVI estaba sufriendo
el conflicto del cambio de orden en la sociedad. La antigua nobleza había sido
destruida por la Guerra de las dos rosas y con los Tudor en el trono, los
restos de esa nobleza habían sido en gran medida suplantados por una nueva
clase social de cortesanos y ricos hombres de la que se valdrán los monarcas a
calidad de estadistas y consejeros.
Con Enrique VIII se hizo patente el cambio
del poder político y social introduciéndose, además, un nuevo factor de
inestabilidad: la REFORMA RELIGIOSA.
[3] Dio
muerte a 1500 jefes y caballeros aparte de las ejecuciones legales.
[4] =
Máximo exponente del género lírico en UK.
[5] Aparición
de Penélope y Ulises, por ejemplo.
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